En «La Molinera» no hay lugar para resquemores

Hugo José el nuevo bastión taurino de La Molinera
Con sólida formación de principios se ha levantado la familia Molina Colmenares, con los bastiones de trabajo y rectitud que Don José Domingo Molina y Maria Teresa del Carmen Colmenares inculcaron a sus siete hijos formados al calor del trabajo honesto y la humildad.
 Entre esos hijos con la tarea hogareña bien aprendida, está Hugo Domingo Molina Colmenares, quien en el transcurso de su vida ha sabido ganarse el respeto y cariño de todos, abriendo senderos con certeras decisiones y arriesgados propósitos de éxitos. HDM ha logrado formar un hogar taurino por los cuatro costados que hoy en día es sinónimo de taurinismo y respeto ganado en el mundo con la formación de tres ganaderías de reses de lidia, como promotor en la construcción de la monumental de San Cristóbal, como empresario de altos quilates que sin los auxilios económicos de los gobiernos de turno, trajo todas las figuras del toreo a la feria que hizo grande y abrió el camino para el crecimiento industrial, económico y turistico con el eslogan de la Feria Gigante de América en la ciudad de la cordialidad.
Hugo Domingo Molina licenciado en administración, expuso su orgullo de tachirense cabal en la Lotería del Táchira, logrando construir la primera sede de la institución benéfica y al mismo tiempo brindó todo el apoyo a la naciente vuelta ciclística al Táchira que con el correr del tiempo se convirtió en el evento ciclístico mas importante de América.
Los taurinos venezolanos sienten el trabajo de Hugo Domingo Molina  en el fomento y desarrollo de la fiesta brava, no solo con la Feria de San Sebastian, porque tambien Táriba, su pueblo natal, vio por primera vez una corrida de toros de casta cuando el joven empresario organizó la feria con encierros ecuatorianos de Pedregal y Santa Mónica, para el debut de César Faraco, despues la capital del Torbes tendría una feria importante en el coso de Las Margaritas hoy desaparecido.
Hoy en medio del confinamiento, Hugo Domingo Molina  sin el ajetreo de las reses de casta, de engorde o bufalas, sigue mirando hacia adelante con la frente en alto y enfrentando los días duros que le apacigua su nieto Hugo José que heredó esa sangre taurina que manifiesta con su preocupación en la finca de reses bravas, asistiendo con interés a cuanto evento taurino es llevado y ahora entrenando en la solariega casa de los abuelos con su capote y muleta.
El pequeño Hugo José siente especial admiración por Enrique Ponce, David Fandila «El Fandi» y Jesús Enrique Colombo ente otros diestros y se siente feliz cada vez que los ve torear  o habla con ellos.
Y en esa tranquilidad llena de optimismo y fe, transcurre la cuarentena en «La Molinera» de la urbanización Torbes de la capital tachirense, donde se respira confianza y esperanza, sin lugar para el odio o el resquemor, aferrados a la vocación de trabajo para seguir pisando con honestidad los caminos de la vida en medio de este grave parón economico y social de mucha volatilidad e incertidumbre, que invita a la reflexión para corregir desaciertos y pensar en la unión con el norte de una fiesta brava con vigor que ilusione nuevamente a los aficionados.
Jesús Tato Ramírez
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