La frontera del Táchira con Colombia sigue en su rutina normal de necesidad y urgencia para solucionar los graves problemas que tienen los venezolanos de medicinas, alimentos y tratamientos médicos que solo pueden ser ofrecidos por los vecinos, porque en Venezuela la ruina de valores, cooperación y humanidad las destrozaron desde hace unos 20 años aproximadamente.
La necesidad tiene cara de perro, así se palpa en los rostros de quienes consideran que la frontera es la solución a sus problemas como rebusque o paso para hacer las compras luego de cobrar el envío o remesa de los hijos, esposas, esposos o familiares desde diferentes lugares del mundo.
De toda Venezuela es el peregrinar, con rostros marcados por la hambruna y necesidad que se vive en el país, ojos hundidos en el foso de la cara, pómulos prominentes de osamenta y la cara escurrida de tanto tocarla para meditar que se puede hacer con algunos pesos colombianos en el bolsillo.
Es ruda, muy dura la realidad, que desde Caracas tapan con medios abozalados por parte del Psuv, pero, la verdad se traduce en miseria de la frontera por un pan de comida.
Said Cárdenas CNP 13868
@saidmoanack