La dura realidad de la crisis económica en Venezuela golpea con fuerza a los adultos mayores, quienes, son un sector vulnerable de la población y debido al alto costo de los medicamentos, se ven obligados a depender de la ayuda de sus hijos para poder costear sus tratamientos.
Nancy Jaimes, una adulta mayor es un ejemplo palpable de esta realidad. Ella toma cuatro pastillas diarias para controlar su hipertensión y circulación, y utiliza aspirina para el corazón. Aunque usa su pensión para comprar parte de sus medicamentos, los altos precios la obligan a depender del dinero que le envían sus hijos que viven fuera del país.
Un tratamiento de 15 días puede costar hasta 15 dolares, una cifra exorbitante para Nancy, cuya pensión no llega ni a 4 dolares ( 130Bs ). Esta situación la ha llevado en muchas ocasiones a racionar sus medicamentos, poniendo en riesgo su salud.
Nancy no es la única en esta situación. De acuerdo con Convite, solo el 10% de los adultos mayores que requieren algún tipo de tratamiento pueden costearlo. La organización también señala que el 79% de las personas de la tercera edad en el país necesitan medicamentos.
Las consecuencias de esta crisis son devastadoras. En Venezuela, existen 11 millones de personas con hipertensión arterial, pero solo el 50% recibe tratamiento, o lo hace de forma irregular, según la Sociedad Venezolana de Cardiología. Esta falta de acceso a los medicamentos ha provocado un aumento en las muertes por enfermedades crónicas.
A los adultos mayores se les dificulta cada vez más el acceso a la salud, no solo por el alto costo de los medicamentos, sino también por el mal estado de los hospitales y la falta de recursos.
Kailyn Mora/Pasante.