Basta de Tinieblas Táchira a Oscuras por el Colapso Eléctrico

Basta de Tinieblas Táchira a Oscuras por el Colapso Eléctrico

La indolencia y el abandono hunden a todo un estado en la precariedad, paralizando la economía y poniendo en riesgo la salud de miles, pese a contar con el potencial del Complejo Uribante-Caparo.

El estado Táchira se ha convertido en la zona cero de la crisis eléctrica nacional. Los apagones no son incidentes esporádicos, sino una cruel rutina que azota a la totalidad del territorio, con cortes que se extienden por horas y, a veces, días, y fluctuaciones de voltaje que destruyen electrodomésticos y sumen a la población en la desesperación.

Las consecuencias de este colapso se sienten en cada rincón de la vida tachirense:

  • Comercio e Industria Paralizados: Los negocios enfrentan pérdidas millonarias por mercancía dañada (especialmente alimentos y productos refrigerados), y la imposibilidad de operar con regularidad. La falta de energía anula la productividad y condena la inversión.

  • Crisis en el Sector Salud: Hospitales y centros de diálisis luchan por mantener operativos sus equipos vitales, dependiendo de plantas eléctricas que a menudo fallan o carecen de combustible. La vida de los pacientes está en riesgo constante.

  • Deterioro Social y Emocional: La interrupción continua del servicio afecta la calidad de vida, impidiendo el descanso, la comunicación, el estudio y la preparación de alimentos, generando angustia, ansiedad y un profundo desgaste en los ciudadanos.

El Fantasma de Uribante-Caparo

La tragedia se agrava al recordar que el Táchira es sede de una joya de la ingeniería venezolana, el Complejo Hidroeléctrico Uribante-Caparo. Diseñado para abastecer de energía a toda la región andina y más, este sistema se encuentra hoy sumido en la desidia.

La corrupción, la falta crónica de mantenimiento y la indolencia han desmantelado progresivamente su capacidad operativa. Las fallas no son solo por sequía, sino por la negligencia en la gestión y el mantenimiento de las represas y las redes de transmisión. Reportes indican el bajo nivel de los embalses, pero también el abandono de infraestructura es clave.

El Complejo Uribante-Caparo, que debería ser la garantía de la soberanía energética del occidente del país, es hoy un doloroso símbolo del deterioro y la corrupción que han diezmado el servicio eléctrico.

Llamado a la Acción

El pueblo tachirense no solo exige un cronograma de racionamiento predecible, sino la reactivación total y transparente de su sistema eléctrico. Es urgente una auditoría técnica y financiera al Complejo Uribante-Caparo y a la empresa eléctrica estatal para determinar responsabilidades y emprender un plan real de recuperación y mantenimiento de la infraestructura.

Táchira no puede seguir pagando con su calidad de vida, su salud y su economía el costo de la desidia y la ineficiencia. ¡La luz es un derecho, no una dádiva!