El mundial de ciclismo de 1977 en Táchira un hecho histórico

El mundial de ciclismo de 1977 en Táchira un hecho histórico

(Gonzalo Rey Muñoz / El Escalador).

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Dedicatoria
A Tiberio Martínez,
Fortaleza Profesor!
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«Aquella tarde en las instalaciones del Comedor de la Villa de Prensa de los Juegos Olímpicos Munich ’72 apareció un aviso en el que se invitaba a los periodistas a conocer el trazado de la prueba de fondo del torneo de ciclismo olímpico».

El anterior párrafo es de Ramsés Díaz León.

En su condición de redactor deportivo de Diario de La Nación, Ramsés abordó al día siguiente uno de los veinte microbuses, con capacidad para siete pasajeros.

Díaz León nos cuenta:

«A mí me correspondió la segunda banca, extremo derecho y a Marchand el lado izquierdo. Recordé la limitante y entonces pregunté en voz alta si de los presentes alguien hablaba español.

_ Yo un poquito, me respondió quien estaba en el puesto de adelante.

«Saqué dos tarjetas de presentación que tenía mi nombre, el del diario y el de San Cristóba, le di una tarjeta al pasajero de adelante, que resultó ser un canadiense y la otra a Marchand, el redactor de ciclismo de L’ Équipe, el diario deportivo más influyente de Francia, y a través del intérprete pregunté si una ciudad de 300 mil habitantes, podía aspirar a ser la sede de un Mundial de Ciclismo».

Y Ramsés agrega con toda franqueza:

«La respuesta de Marchand fue casi una humillación por mi ignorancia; con seguridad en lo que señalaba me dijo: «Y qué tiene que ver el número de habitantes de una ciudad para ser sede de un Mundial. Varese, un pueblo italiano de 70 mil habitantes, hizo el Mundial del año pasado (1991)», dijo y luego explicó, lo importante es la trayectoria».

Repuesto de mi metida de pata _ agrega Díaz León _ me armé de valor y dije: Tenemos la experiencia de la Vuelta al Táchira.

Marchand no esperó traducción para decir «Tachíra, Cochís», (se refería al colombiano «Cochise» Rodríguez), campeón mundial en Varese en la Persecución Individual.

Y Marchand, añadió: Europa debe volver sus ojos a América en donde está naciendo un ciclismo silvestre.

Ramsés escribió:

«Este, seguramente, marcó el inicio de la solicitud de la sede en San Cristóbal, la que se dio dos años después en el Mundial de Montreal.

Y ustedes todos se estarán preguntando qué de adónde saca Gonzalo Rey Muñoz ése relato de Ramsés Díaz León.

Amigos y amigas: En el año 2012, en plena efervescencia de los JJOO Londres 2012, a Ramsés le solicité un relato de su experiencia en los escenarios Olímpicos, pues además de Munich, también cubrió los de Montreal ’76 y Moscú ’80, con el objetivo de incluir sus experiencias en nuestro Libro «Tachirenses Olímpicos».

El libro se finalizó y guardamos la esperanza de publicarlo en la antesala de Río ‘2016.

Pero…

No hubo dinero, no se ha podido publicar este valioso documento que tiene maravillosos relatos de 43 hombres y mujeres que con amor de patria conservan sus credenciales Olímpicas. Y de ese grupo de Tachirenses Olímpicos un tercio representa al ciclismo, el deporte que ha dado al Táchira más proyección en el mundo.

CAS: LA VOZ DE LA VUELTA Y LOS MUNDIALES

A Carlos Alviárez Sarmiento también le solicitamos su relato para Tachirenses Olímpicos. El hijo de Lobatera, a la que bautizo la Capital del Mundo, cubrió para Ecos del Torbes tres JJOO: México ’68, Munich ’72 y Montreal ’76.

Alviárez Sarmiento, sostiene que la receptividad que encontró en estos encuentros del deporte mundial, a su regreso a casa, lo obligó a seguir trabajando con más ahínco en la organización de los Campeonatos Mundiales.

Alviárez Sarmiento fue el Director de Comunicaciones y Prensa durante los Panamericanos de Ciclismo 76 y los Campeonatos Mundiales SC’77.

En la cita mundialista, trabajó con Antonio Ruiz Sánchez, mientras Guillermo Villamizar, el asesor de turismo, también apoyó en una labor de equipo, de hermandad.

El cronograma de actividades se ejecutó con la redacción de centenares de informes y una vez llegaron a San Cristóbal las autoridades mundiales de las bielas, entre ellos Adriano Rodoni, presidente de la Unión Ciclista Internacional, el equipo de prensa local entregó a la UCI el dossier de prensa, lo que desencadenó una lluvia de elogios por la calidad de los trabajos.

_ El Mundial de San Cristóbal fue inolvidable, sin quejas, de categoría, remarcó CAS, quien entregó gran parte de su vida a la proyección de la Vuelta al Táchira.

JIP: PEDAL DE ORO

Y hablando de categoría. Todos los medios regionales y nacionales dieron la máxima proyección.

En los impresos, La Nación se destacó. Pero hubo una agradable sorpresa:

Diario Católico efectuó un cubrimiento digno de elogio.

Boaneg Pernia Ramírez fue el redactor, con el trabajo fotográfico de Pedro Pabón Moncada, Lorenzo Ramírez y Jorge Ramírez.

Católico, sorprendió con la publicación de una edición EXTRA, con título a ocho columnas: VINI, VIDI VINCI… MOSER VERDUGO 1977, que mereció medalla de oro en el sentir popular por el esfuerzo del trabajo de aquel domingo 4 de septiembre cuando finalizó el evento.

Católico, además, tenía una carta bajo la manga y la usó perfectamente en el Mundial.

La labor periodística de Boaneg Pernia se respaldó con JIP y su columna «PEDAL DE ORO».

En Pedal de Oro encontramos el talento y la capacidad literaria de un periodista que llegó al Táchira y dejó una escuela digna de admiración.

JIP es José Isabel Pulido, el gran poeta, narrador y periodista que luego se vinculó al diario El Nacional y allí dirigió las páginas culturales. Más adelante también dirigió los cuerpos literarios de El Universal y el Diario de Caracas.

Pulido es autor de varios libros que han recibido premios nacionales e internacionales.
Actualmente vive en Italia.

José Pulido escribió en su columna Pedal de Oro, lo siguiente:

«Cayeron figuras inmensas que volverán a recuperarse pero que no olvidarán al Táchira: Morelon, Nicholson, Trac, Bill Dundi; y sin correr, envejecido artificialmente por una situación de organismos, que a la final uno no entiende bien: el gran Cochise…»

De Mirka Coronel, con la Selección Venezuela, escribió:

«Mirka Coronel, la valenciana que nadie conocía, hizo un buen cuarto lugar contra las velocistas veteranas del planeta, y sólo a los tres días supo que era la cuarta velocista del mundo, porque un periodista se lo comentó en la Villa Olímpica…»

Pulido escribió con humor sabrosas facetas de nuestro Mundial:

«Por primera vez en unos mundiales la pizarra electrónica, siempre seria y precisa, anotó una carrera bufa: el popular Cantinflas de Táriba se metió en el velódromo, y en su bicicleta original hizo un tiempo récord en lentitud: 15 kilometros por día».

También de Pulido, leemos en esa edición extra de Católico:

«Un perrito negro, callejero y sin amo, como el del poema de Aquiles Nazoa, se tiró a ladrarle a los pedalistas de semi_fondo y sus motorizados, atravesándosele al campeón Minneboo, quien al saber que no era un gato negro el que se le interpuso en su camino, siguió inmutable y ganó la medalla de oro… el latinoamericano más aplaudido en la pista fue el animalito, quien de perro vulgar, común y corriente, pasó a ser el primer can mundial maldecido por la UCI…»

Y cerramos con Pulido:

«Ayer la gente admiraba a unas rubias altísimas que de dos pedalazos andaban una cuadra, y los humoristas que nunca faltan en estos eventos, preguntaban qué hacía allí esa dama pequeñita con cara de ama de casa y sonrisa de monja descalza; comentario que fue guardado en el correr popular de la vergüenza, cuando los miles de espectadores se dieron cuenta, que el jet femenino que se había escapado del pelotón para ganar la medalla de oro, era la dama pequeñita, mademoiselle Josiane… La señorita Josiane Bost pasaba a velocidad supersónica, sonreía al público, parpadeaba delicadamente, y recibía piropos a 60 kilómetros por hora… Josiane tiene faz de porcelana fina, de nácar y azúcar candy, de durazno maduro…»

En Católico está esa parte inicial de la labor periodística de JIP. Es fuente y tema para próximos trabajos de investigación.

SIN JEFES, SOLO SOLDADOS

Los Mundiales de SC’77 lograron el reconocimiento de la UCI como los mejores organizados hasta ese momento. Ese mérito tiene su clave: Aquí no hubo afán de protagonismo. Todos trabajaron en una dirección única, sin jefes y todos soldados de la causa sancristobalense.

Para finalizar solicito a todos los presentes un reconocimiento para el equipo maravilloso de hombres y mujeres que organizó los mejores Campeonatos Mundiales de Ciclismo.

La gran mayoría del Comité Organizador está en el Reino de Dios. Por ejemplo hoy, 11 de octubre, este conversatorio coincide con el sexto aniversario del fallecimiento de Ramsés Díaz León.

Nuestro agradecimiento para todos, autoridades, organizadores, atletas, voluntariado, medios de comunicación, empresas y aficionados, por ese amor al Táchira que se condensa en la frase universal del Señor del Limoncito, Monseñor Carlos Sánchez Espejo, quien sentenció: «El Táchira hace lo que el Táchira quiere».

Entreguemos, todos de pie, el más amoroso aplauso en reconocimiento a los protagonistas que hicieron de San Cristóbal la Capital Mundial del Ciclismo!

Muchas gracias!
Gonzalo Rey Muñoz
San Cristóbal, 11 octubre de 2025.-