La víctima de 2 años fue ingresado con una versión de «caída de la cama», pero su cuadro revelaba una violencia extrema.

Una confesión estremecedora marca el desarrollo del caso que ha conmocionado al estado La Guaira, Joswell Muller, de 22 años, habría asesinado a golpes a su hijastro de 2 años, porque el niño rompió una sábana. La revelación, obtenida en el contexto de la investigación, da un giro atroz a un crimen que las autoridades indagan y que ha generado una profunda indignación.

Los hechos se precipitaron en la tarde del 26 de noviembre, cuando el pequeño Ángel fue llevado a la Clínica Popular Doctor Alfredo Machado. La versión inicial proporcionada a los médicos fue la de una «caída de la cama». Sin embargo, la gravedad de su estado contradecía esa explicación.

Se supo que el cuadro clínico del niño, descrito en los registros del centro asistencial, era devastador. Se reportó que el lactante llegó con lesiones y hematomas generalizados y sangrado bucal activo. Su evaluación neurológica era crítica, con un nivel de conciencia que reflejaba una severa afectación cerebral.

A pesar de la atención médica de urgencia, que diagnosticó un Traumatismo Craneoencefálico Severo y un Traumatismo Toracoabdominal Cerrado, el pequeño no logró superar las heridas y falleció en la madrugada del 27 de noviembre.

Tras el deceso, se activaron los protocolos correspondientes. Funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) y del Consejo Principal de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes acudieron al centro de salud. Muller y la madre del niño, Maikelys Hidalgo, fueron detenidos y llevados a la sede del Cicpc para las averiguaciones.

La comunidad de Mamo permanece consternada por la pérdida de Ángel. Las autoridades continúan las pesquisas para esclarecer la cronología de los hechos y determinar las responsabilidades, mientras la familia del niño clama por justicia.