🎶 El Himno Navideño que Une a un Continente

En la temporada decembrina, hay melodías que automáticamente nos transportan a la infancia, a las hallacas y a la brisa fresca de la Navidad. En el mundo hispano, pocas canciones lo logran con la fuerza y alegría de «El Burrito Sabanero».

Más allá de ser un simple villancico, este tema es un verdadero ícono de la cultura venezolana, un estandarte sonoro que se escucha desde Alaska hasta la Patagonia. Su ritmo contagioso y su letra sencilla, que describe el viaje de un niño montado en un burrito para ver al Niño Jesús, lo han convertido en el favorito de las misas de aguinaldo y las fiestas familiares.

✍️ ¿Dónde Nació y Quién lo Creó?

Contrario a lo que muchos piensan, esta joya musical no es anónima ni de origen popular antiguo. «El Burrito Sabanero» fue compuesto en el siglo XX por un maestro de la música venezolana: Hugo Blanco (1940-2015).

• El Creador: Hugo Blanco fue un músico, compositor, y arreglista oriundo de Caracas, conocido por popularizar géneros como la onda nueva y por componer éxitos inmortales como «Moliendo Café». En 1972, Blanco creó este villancico con la intención de mezclar la tradición navideña con el alegre ritmo del folklore venezolano (especialmente el género del «aguinaldo»).

• El Primer Intérprete: La versión que cimentó la fama mundial del tema fue grabada en 1972 por el Coro de Niños de Venezuela, pero el solista que puso la voz original e inolvidable fue un niño de tan solo 8 años llamado Ricardo Cuenci. Su interpretación fresca y pícara es la que ha quedado grabada en la memoria colectiva.

🌟 De «El Burrito de Belén» a Fenómeno Mundial

Inicialmente, el tema fue bautizado como «El Burrito de Belén», y fue grabado con un acompañamiento de instrumentos criollos. Sin embargo, su estribillo pegadizo, «Si me ven, si me ven, voy camino de Belén, si me ven, si me ven, voy con mi tuki tuki tuki tuki, apúrate mi burrito que ya vamos a llegar», hizo que el público lo rebautizara rápidamente como «El Burrito Sabanero».

La clave de su éxito reside en su ritmo de aguinaldo oriental (del Oriente de Venezuela), que es más rápido y festivo que el villancico tradicional. La onomatopeya «tuki tuki tuki» imita el trote del burro y la forma en que el jinete lo apura, dándole ese toque de dinamismo que lo hace irresistible.

Hoy, décadas después, la versión original venezolana sigue siendo la más reconocida, pero el villancico ha sido interpretado por innumerables artistas en todo el mundo, consolidándose como la banda sonora oficial de la Navidad en el corazón de América Latina