
Táchira y las misas de aguinaldo, Fe y Tradición al Alba
En los Andes venezolanos, la Navidad no empieza con los regalos, sino con el sonido de las campanas a las cinco de la mañana. Las Misas de Aguinaldo son el corazón de diciembre en el Táchira, una tradición que va mucho más allá de un rito religioso: es el punto de encuentro de un pueblo que se niega a dejar morir su esencia.
Más que una misa, un abrazo comunitario
Para el tachirense, madrugar al templo no es un sacrificio, es un honor. Estas celebraciones fortalecen nuestra comunidad de tres formas fundamentales:
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Fortaleza espiritual: En tiempos de retos, la oración colectiva en las Misas de Aguinaldo renueva la esperanza. Es el momento donde el pueblo se arrodilla con fe para pedir por un año de gracia y bienestar.
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El reencuentro familiar: Es la excusa perfecta para ver al primo, al vecino o al amigo que hace tiempo no saludamos. Salir de la iglesia para compartir un café caliente o un pastelito andino es el verdadero significado de la fraternidad.
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Identidad y cultura: Los grupos de aguinaldos y parrandas que acompañan la liturgia mantienen viva nuestra música. El Táchira canta su fe con alegría, recordándonos que la Navidad es, ante todo, la celebración del nacimiento del Salvador en nuestros corazones.


