Con el «corazón en la boca», aterrorizados y sin capacidad para reaccionar en medio de la tragedia humanitaria están los Tachirenses por las mal llamadas «fluctuaciones la eléctricas», que son en realidad el fiel reflejo de la presunta destrucción y pésima administración de la industria eléctrica en Táchira.

Angustiados y a la espera de lo peor viven cada segundo los ciudadanos que no aguantan más la crisis nerviosa que genera perder un electrodoméstico, una computadora, un celular o maquinaria, todos elementos fundamentales de las familias y empresas que sufren las continuas fallas y cortes de electricidad sin reparo de Corpoelec o indemnización por los daños causados.

Las graves fallas eléctricas empeoran cada segundo y dejan sometidos a la oscuridad de las tinieblas del subdesarrollo a quienes se esfuerzan con sacrificio por mantener empresas como fuente de empleo, hogares con el mínimo de comodidades para el ñ reposo mental en medio de la grave crisis de instituciones, económica y social que vive el Táchira .

Mientras unos pocos, una minoría se ocupa de un cuenta regresiva de elecciones por candidatos que no ofertan ni presentan soluciones a futuro, la inmensa mayoría que supuestamente forma parte del grupo de ciudadanos que prefieren no votar para no seguir solapando desde los gritos callados de silencio la nefasta que viven por aquellos que no entiendan la plana para atender la realidad de un estado como Táchira  y un país como Venezuela que se niega a morir de inanición en medio de la miseria.

Todo este drama se debe a los cortes de electricidad que van en toda la región de 6 a 12 horas y las bajas o altas de la corriente eléctrica, que ocurren a cada instante sin tener hasta ahora una solución.

Said Cárdenas CNP 13868

@saidmoanack

Gráfica: Javier Contreras