Aumento de la Unidad Tributaria en Venezuela: impacto y repercusiones

 

Aumento de la Unidad Tributaria en Venezuela: impacto y repercusiones

Aumento de la Unidad Tributaria en Venezuela: impacto y repercusiones

La Unidad Tributaria (UT) en Venezuela ha experimentado un ajuste significativo a principios de junio, pasando de 9 a 43 bolívares, lo que representa un incremento del 378%. Este es el primer ajuste en aproximadamente dos años, un periodo durante el cual la UT había permanecido rezagada frente a la realidad económica del país. Expertos en materia tributaria ofrecen su visión sobre las implicaciones de esta medida para los contribuyentes y la dinámica fiscal.

 Un ajuste tardío e insuficiente ante la inflación

Rubén Camargo, presidente del Colegio de Contadores Públicos del estado Táchira, y José Gregorio González Chona, contador público y especialista en gerencia tributaria, coinciden en la urgencia de este ajuste, dado que la UT llevaba casi dos años sin ser actualizada. Sin embargo, a pesar del considerable porcentaje de aumento, ambos señalan que el nuevo valor sigue siendo insuficiente para equipararse con la alta inflación acumulada en Venezuela.

González Chona resalta que, en el pasado, la UT se incrementaba hasta cuatro veces al año para mitigar los efectos inflacionarios. Esta falta de actualización regular ha perjudicado a los contribuyentes, especialmente a las personas naturales. Camargo ilustra este punto al mencionar que, con el valor anterior de 9 bolívares, una persona con un ingreso anual de 9.000 bolívares (equivalente a unos $90 al año o $7.5 al mes) ya estaba obligada a declarar el Impuesto Sobre la Renta (ISLR). Aunque el umbral ahora se eleva a 43.000 bolívares anuales con la nueva UT (aproximadamente $430 al año o $35.83 al mes), González Chona advierte que, incluso con este ajuste, la mayoría de los empleados formales seguirán estando obligados a declarar y pagar ISLR, lo que considera una situación injusta.

 Impacto focalizado en tributos nacionales y alivio para asalariados

Ildemaro Pacheco, contador, aclara que el ajuste de la Unidad Tributaria impacta primordialmente en la determinación de tributos nacionales administrados por el Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (SENIAT). Enfatiza que esta medida no está diseñada para influir en los precios de bienes y servicios y no debe ser utilizada por otros entes públicos, como el SAREN, SAIME, alcaldías o gobernaciones, para el cálculo de tasas o sanciones. Camargo respalda esto al recordar que el mismo SENIAT, consciente de la inutilidad de la UT para estos fines, reformó el Código Orgánico Tributario en 2020 para anclar las sanciones y multas al euro, la moneda de mayor valor publicada por el Banco Central de Venezuela.

Uno de los efectos más tangibles y positivos del aumento de la UT, según Pacheco, se manifiesta en las retenciones de ISLR para personas naturales. El «desgravamen único», que es una porción del ingreso no gravada, se incrementa de 750 UT (6.750 bolívares) a 32.250 bolívares. Esto se traduce en una disminución de los porcentajes de retención del ISLR para los trabajadores, lo que representa un alivio directo en su ingreso neto. Pacheco hace un llamado urgente a los departamentos de recursos humanos para que informen a sus empleados y les soliciten la «ARI reformado» antes del 15 de junio, lo que permitirá recalcular su porcentaje de retención y asegurar un pago más equitativo.

Otro punto relevante señalado por Pacheco es el impacto en el Impuesto a los Grandes Patrimonios. El umbral para ser sujeto de este tributo (150 millones de UT) se eleva sustancialmente con la nueva UT, pasando de 1.350 millones de bolívares a 6.450 millones de bolívares, lo que podría resultar en que menos contribuyentes queden sujetos a esta obligación.

La UT ¿Una herramienta de control fiscal o de Equidad?

Los tres expertos coinciden en una preocupación subyacente: el papel de la Unidad Tributaria en el actual panorama fiscal venezolano. Si bien su incremento busca actualizar parámetros, su valor aún rezagado la convierte, según Camargo y González Chona, en una herramienta que amplía la base de contribuyentes obligados a declarar ISLR, incluso a aquellos con ingresos muy bajos en términos de divisa extranjera.

González Chona critica que, a pesar del aumento, la UT sigue sirviendo principalmente para determinar quiénes están obligados a declarar y pagar impuestos, más que para fomentar una tributación justa basada en la capacidad contributiva real. Esto, a su juicio, perjudica tanto a personas naturales como a empresas, ya que un valor bajo de la UT empuja a más actores económicos a pagar un mayor ISLR. Camargo añade que, aunque la UT ya no se usa para sanciones, todavía tiene aplicación en otras leyes de impuestos y tasas administrativas, lo que podría generar repercusiones en estos ámbitos.

En síntesis, el ajuste de la Unidad Tributaria es un paso necesario para adaptar el sistema fiscal venezolano, especialmente en lo que respecta a las retenciones del ISLR para los asalariados. Sin embargo, la persistencia de un valor desactualizado en relación con la inflación plantea interrogantes sobre su eficacia como instrumento de justicia tributaria y la necesidad de una revisión más profunda para alinearse con la realidad económica del país.

María Chacín/ TáchiraNews