Corposalud mantiene activa la vigilancia epidemiológica contra la fiebre amarilla
Aunque en el Táchira no se han registrado casos de fiebre amarilla, Corposalud mantiene la vigilancia epidemiológica en los municipios considerados como vulnerables, enfocándose en tres puntos importantes, la vacunación, la disminución de los índices entomológicos del vector y la vigilancia tanto en personas enfermas como en los monos.
Para Reggie Barrera, jefe de la División de Epidemiología, la fiebre amarilla es una enfermedad zoonotica, propia de animales que puede ser transmitida al hombre por la picadura de mosquitos salvajes en zonas de riesgo.
“Esta enfermedad común en los monos es transmitida por el mosquito sabethes, el cual pica al mono y mantiene la enfermedad en estos animales, convirtiéndolos en reservorios. Accidentalmente este mosquito puede picar al hombre cuando este se adentra en estas zonas de riesgo, hablamos de militares, desplazados o bien personas que trabajan en el campo”, dijo.
Comentó que cuando estás personas han sido picadas por el mosquito y llegan a la ciudad, puede desarrollar la enfermedad y convertirse en un foco de infección para el zancudo Aedes aegipty, que lo pica y transmite la enfermedad a otras personas en esa comunidad.
Para Barrera la intención es que haya protección en las comunidades usando para ello la vacuna contra la fiebre amarilla, la cual se convierte en una herramienta esencial para el control de la enfermedad.
Refuerzos de vacunación
En cuanto a la vacunación, Luisana Gómez, coordinadora del Programa Ampliado de Inmunizaciones, explicó que desde noviembre del año 2020 y hasta mayo del año en curso, se realizó una campaña de vacunación contra la fiebre amarilla, logrando una cobertura del 100% dentro del estado.
Pese a que se logró la cobertura esperada, indicó Gómez, el equipo de PAI se mantiene en los municipios de la zona sur y de frontera aplicando las dosis de fiebre amarilla a los adultos y niños que aún no cuentan con el producto biológico o que perdieron el comprobante de la vacuna, buscando mantener a todas las personas inmunizadas contra la enfermedad.
Gómez recordó que la vacuna antiamarílica se aplica hasta los 59 años y se suele colocar una vez en la vida. “Quienes aún no tienen estas dosis, los instamos a acudir a cualquiera de nuestros centros de salud para que se las apliquen de forma gratuita”.
Vigilancia epidemiológica
Asimismo, María Gabriela Rico, coordinadora del programa de Zoonosis, se refirió al trabajo de vigilancia que se viene realizando en los municipios vulnerables, es decir, aquellas zonas donde hay presencia de monos araguatos, como son los municipios de la zona sur y zona fronteriza.
“Pese a que no hay casos de fiebre amarilla en la región mantenemos una vigilancia epidemiológica activa y se insta a la población a estar alerta ante cambios de comportamiento de los monos o la presencia de estos animales muertos en la zona donde viven”, añadió.
Fuente: www.corposalud.gov.ve