Flujo de venezolanos a Colombia no se detiene

Medicinas,alimentos o un tercer país es el caminó de los venezolanos en Cúcuta

Con total “normalidad” se ha desenvuelto la frontera colombo venezolana las primeras semanas del año 2020. A pesar de la gran multitud de personas que pasan día a día, el paso se ha mostrado fluido tanto de Venezuela a Colombia, como de retorno.

A las 6:00 de la mañana inicia diariamente la jornada en el Puente Internacional Simón Bolívar, por donde pasan miles de venezolanos que se dirigen a la ciudad de Cúcuta desde todos los estados del país, a realizar sus compras, mayoritariamente de alimentos.

En el recorrido se pueden observar varios puntos de control de la Guardia Nacional Bolivariana, entre los que se encuentra uno de sus vehículos más particulares conocido como “murciélago”, el cual tiene desplegadas dos barreras laterales de unos tres metros de altura, que impenden el paso de los peatones, obligándolos a pasar por un espacio reducido de un metro de ancho, lo que genera congestión debido a la afluencia de gente.

En estos puntos de control se puede percibir como los transeúntes son elegidos al azar, para poner sus pertenencias sobre mesas dispuestas para revisar todo minuciosamente por los efectivos militares.

Otro de los puntos importantes de este recorrido es la oficina de migración, donde en la última semana se logró observar la significativa fila de personas que se encontraban apostadas a las afueras para sellar su entrada al territorio venezolano.

Sobre el Puente Internacional Simón Bolívar permanecen los conteiners que fueron situados para bloquear el ingreso de la ayuda humanitaria en Enero del año 2019. Estos a pesar de ocupar gran parte del espacio no son impedimento para las personas, pues todos logran pasar e incluso avistar a aquellos que prefieren los caminos ilegales por el río Táchira.

El largo trayecto que hay que caminar para ir de un país a otro se aproxima a los 350 metros y no exime ni a los más pequeños, pues se pueden ver con sus pertenencias a cuestas de la mano de sus padres. Igualmente se trasladan las personas de la tercera edad y aquellas con discapacidades físicas. Muchos viajan al vecino país en busca de atención médica o vacunas.

Ante la multitud de venezolanos que hacen sus compras en el territorio colombiano, ha proliferado el trabajo de los “caleteros”, nombre que se le ha dado a aquellos que sin distinción de edad, cargan maletas en carretillas o en el peor de los casos sobre sus hombros, para aligerar la carga de los usuarios y sobre todo para ganar el dinero que les permite sobrevivir.

El Puente Internacional Simón Bolívar día a día es testigo de la necesidad que viven los venezolanos que viajan hasta Colombia, por un paso lleno de comerciantes informales, vendedores de pasajes, caleteros y el calor característico de la frontera más activa de América Latina, para conseguir sus alimentos, medicinas y algunos para no volver y encontrar mejores condiciones de vida en otras coordenadas.

Maibelyn Giustiniani / Pasante Unica

Gráficas: Maibelyn Giustiniani