
Santo Cristo
El Jueves Santo marca el inicio del Triduo Pascual, los días más sagrados para la cristiandad, donde se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. En el estado Táchira, región profundamente arraigada en la fe católica, este día adquiere una relevancia especial, manifestándose en diversas tradiciones que fortalecen el espíritu comunitario y la devoción religiosa.
Para los tachirenses, el Jueves Santo no es solo un día de recogimiento individual, sino una oportunidad para expresar colectivamente su fe. Las iglesias de cada rincón del estado se convierten en puntos de encuentro para participar en la Misa Crismal, donde se bendicen los santos óleos que se utilizarán durante todo el año en bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos. Esta ceremonia, presidida por el obispo de la diócesis de San Cristóbal, simboliza la unidad de la Iglesia y la renovación del compromiso sacerdotal.
Uno de los actos más emblemáticos del Jueves Santo es la Institución de la Eucaristía durante la Santa Cena, rememorando el momento en que Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, instituyendo el sacramento que perpetúa su presencia entre los creyentes. En el Táchira, esta celebración se vive con gran solemnidad, con templos repletos de feligreses que participan con fervor en la liturgia.
Ligado a la Última Cena, se realiza el conmovedor rito del Lavatorio de Pies, donde el sacerdote, siguiendo el ejemplo de Jesús, lava los pies de doce personas de la comunidad. Este gesto humilde y significativo recuerda el mandamiento de amor y servicio que Cristo legó a sus seguidores, resonando profundamente en una sociedad tachirense que valora la solidaridad y la ayuda mutua.
La tradición de la Visita a los Siete Templos es otra manifestación arraigada en la piedad popular tachirense. Durante la tarde y noche del Jueves Santo, los fieles recorren siete iglesias diferentes, meditando en cada una de ellas sobre los pasajes bíblicos que narran la Pasión de Cristo, desde su oración en el Huerto de los Olivos hasta su prendimiento. Esta peregrinación simboliza el acompañamiento espiritual a Jesús en sus momentos de angustia y dolor.
En muchos hogares tachirenses, se mantiene la costumbre de preparar los «Siete Potajes», una tradición gastronómica que consiste en elaborar siete platos diferentes, generalmente sin carne, para ser consumidos el Jueves Santo y el Viernes Santo, en señal de respeto por el sacrificio de Jesús. Esta práctica culinaria se convierte en un acto de fe compartido en familia, transmitiendo de generación en generación el significado de estos días santos.
La profunda fe del pueblo tachirense se manifiesta también en las diversas procesiones que se realizan en diferentes localidades, especialmente en la noche del Jueves Santo. Estas manifestaciones públicas de devoción, acompañadas de oraciones y cantos, son una expresión palpable del sentir religioso de la comunidad.
En conclusión, el Jueves Santo en el estado Táchira es mucho más que una fecha en el calendario. Es un día de profunda inmersión en los misterios de la fe cristiana, un momento para la reflexión, la oración y la renovación del compromiso con los valores del Evangelio. Las tradiciones arraigadas en esta tierra andina no solo enriquecen la vivencia religiosa, sino que también fortalecen los lazos comunitarios, reafirmando la identidad cristiana que caracteriza al pueblo tachirense. En cada iglesia, en cada hogar y en cada corazón, el Jueves Santo se vive con una intensidad que refleja la profunda devoción de una comunidad que camina con fe en la Semana Mayor.