Julio César León primer olímpico Venezolano

Julio César León primer olímpico Venezolano

Una inmensa alegría brota en los corazones sanos de los venezolanos porque hoy domingo 2 de febrero de 2025 el pionero Olímpico, Julio César León, celebra Cien Años de Vida.

Cien Años!

Es una ocasión para celebrar en toda la República, los de aquel color y los de este otro, todos unidos en un acontecimiento que pocos pueblos han tenido la oportunidad de presenciar.

Julio César León se trazó en 1948 la meta de representar al país. En ese entonces, Venezuela era un país aún semi colonial, aún con las heridas de las guerras y con atraso en toda escala.

Pero Julio César no se inmutó y concentró todas sus energías por hacer realidad el sueño de competir en los Juegos Olímpicos de Londres 1948.

Y lo logró, venció mil y un obstáculos. Cada muralla que encontraba entre gobernantes y dirigentes deportivos de la época, él los saltaba con su testarudo temperamento.

Como buen andino, nació en Valera, estado Trujillo, el 2 de febrero de 1925 (increíble, hace Cien Años!!!), León fue una fiera que destrozó la conducta negativa gubernamental y dirigencial del deporte y emprendió la expedición con el dinero que ahorró trabajando en Caracas en centenares de oficios.

Nadie en este pais le tendió la mano. Y fueron tan bárbaros que le negaron el acto de abanderamiento en esa norma deportiva que se manchó en el egoísmo y dejó contra las cuerdas a un joven, que secó sus lágrimas y se propinó dos golpes en su pecho al momento que grito: no me rindo!!!

Y no se rindió. Y claro que lloró y curó sus heridas morales. Buscó sus ahorros y compró su boleto y junto a su esposa llegó a suelo londinense, donde otra vez lo castigaron.

Fue a la embajada de Venezuela y no lo atendieron. Allá también le negaron la bandera de su país. Julio César nos contó en una entrevista que le realicé en el año 2012 para la elaboración del primer capítulo del libro «Tachirenses Olímpicos», que va dedicado a este hombre centenario, que entonces comenzó a correr en Londres sin dirección fija, abordó el metro y buscó un almacén.

«Compré tres metros de tela, uno amarillo, otro azúl y el rojo. Mi esposa confeccionó la bandera, y con servilletas de tela que encontramos en el restaurante del hotel donde nos alojamos, elaboró las estrellas. Tomamos el palo de una escoba y así nos fuimos a ondear la bandera de todos los venezolanos en el estadio olímpico de Inglaterra», dijo mientras sonreía de júbilo.

Se había transformado en un felino y así llegó al velódromo de Londres. Llegó hasta los cuartos de final en los mil metros velocidad tras eliminar a los Bravos representantes de Jamaica y Argentina. Ya en la fase para definir el cupo por las medallas fue eliminado por el italiano Mario Ghella, a la postre el campeón olímpico. Y tuvo energías para encarar entonces los mil metros contrarreloj, prueba en la que culminó de décimo cuarto.

Ese desempeño terminó con la fría indiferencia de las autoridades. El primero que enmendó fue el embajador de Venezuela en Londres, quien lo buscó y le ofreció bien tarde la ayuda porque Julio César ya tenía listas las maletas para regresar a su patria. A él le urgía volver a Venezuela. En sus manos traía un contrato del cual la prensa venezolana se niega a hablar.

Julio César logró, al eliminar a Rex Harris, campeón del mundo, en su primera salida de los mil metros velocidad, que el equipo del insuperable Fausto Coppi lo firmara para correr en varios certámenes europeos y fruto de su trabajo representó también a Venezuela en el Campeonato Mundial de Francia, en 1950.

Julio César León alcanzó un récord mundial en la prueba de los 200 metros, en los que estableció 10,9 segundos. Los jueces no se creían ese accionar del venezolano y lo descalificaron según ellos, León traspasó la línea que divide la pista.

Con la Delegación nacional ganó oro en los Juegos Bolivarianos de Lima en 1947, y también fue campeón en los de Caracas 1951. En los Juegos Centroamericanos y de Caribe, Caracas 1959, ganó oro en la velocidad.

Durante 28 años se dedicó a la práctica del ciclismo. Coleccionó 19 títulos en Velocidad, kilómetro contra el reloj y la persecución. Tiene una colección de 96 medallas de oro, en eventos internacionales y nacionales, varias de ellas con su club América.

Cuando Julio César León regresó de los Juegos Olímpicos de Londres el ambiente era otro. De solo tres periodistas que lo despidieron en La Guairá, ahora toda la prensa capitalina lo recibió con vítores junto a centenares de aficionados que armaron una caravana y en la cual se involucraron las autoridades deportivas, arrepentidas de su conducta déspota contra el primer Olímpico venezolano que se armó de valor y como buen andino, noble de corazón, sin egoísmo, perdonó ese irrespeto.

Luego, una vez dejó el ciclismo, León acompañó la candidatura de Arturo Uslar Pietri a la presidencia de la República y salió electo diputado al Congreso Nacional. Impulsó la primera Ley del Deporte en Venezuela, país que hoy grita de júbilo inmensas bendiciones porque aún Dios lo tiene con vida.

Y quien escribe estás líneas de tanto amor por Venezuela en la noble causa que nos legó Julio Cesar León también está inmensamente feliz por un doble motivo: uno acompañar a León en su cumpleaños y darle gracias a Dios que también nací un dos de febrero bajo la bendición de la Virgen de La Candelaria.

Gracias, muchas gracias, a Dios Padre Todopoderoso por sus bendiciones con los hijos de la Venezuela de aquel y este color que solo emite amor de Patria!!!

Enhorabuena!!!

Vida eterna para el Campeón Julio César León!!!!

Bendiciones a todos los lectores que llegaron a esta última línea y hoy tendrán oraciones por este héroe del deporte venezolano!!!

(Gonzalo Rey Muñoz/ El Escalador)