Le decían “El Loquillo” 

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Irreverente. Así se definió a si mismo Omar Ferrari al evocar su paso por el Deportivo Táchira, a finales de la década del 70’. “Me gustaba marcar diferencia, sin dejar de lado las orientaciones del cuerpo técnico”, expresó con una ligera sonrisa.

De modo que, -prosiguió en su relato-, el seudónimo de “El Loquillo” podría decirse que fue algo bien ganado y mi forma de expresarlo era en la cancha, concatenando esfuerzos con mis compañeros y anotar los goles, que a la postre, sirvieron para conquistar nuestro primer campeonato en 1979.

Y es que Ferrari se constituyó en el líder goleador de ese torneo, con 15 conquistas, las cuales fueron claves para que los dirigidos por Esteban Beracochea, alzaran el trofeo de Campeón.

Omar Ferrari actualmente se encuentra radicado en su natal Uruguay, donde vive junto con su familia en Montevideo; allí se dedica a labores como contratista en transporte y construcciones pequeñas.

Añoranzas inolvidables

 

Al recordar su imborrable paso por la institución Aurinegra, Ferrari mencionó que existían algunas diferencias en comparación con el fútbol actual, no obstante, señaló que la pasión y el amor por los colores amarillo y negro, siempre estuvo latente para conquistar las metas trazadas.

Con dejo de nostalgia, “El Loquillo” recordó que en aquellos años fluyó la homogeneidad, de modo que cada jugador siempre supo el valor individual y colectivo que poseían, lo cual fue determinante para catapultarse en la cima y quedar plasmados en la historia de la institución.

Calificó esa campaña como “muy linda”, con muchas anécdotas, la mayoría de ellas llenas de alegrías y otras no tanto, por adversidades que siempre supieron sobreponer.

“En determinado momento, nos quedamos sin el chofer del bus, no se por qué, no recuerdo y aparte de ser un jugador, pasé a ser el conductor oficial por un tiempo largo”, sostuvo.

Relató que la residencia se encontraba ubicada en Séptima avenida con Calle 13 de San Cristóbal y desde allí se movilizaban por la novel avenida Carabobo, hasta llegar a “Pueblo Nuevo”, el cual “se estaba reformando, estaba en los andamios, se veían escombros alrededor de la cancha”.

 

Otro recuerdo inolvidable en la memoria de Omar Ferrari, es la unión que se creó dentro del equipo, a partir de la reunión sostenida todos los jueves, cuando se congregaban en la terraza de la residencia, para compartir una parrilla.

“No era un lugar adecuado para esos fines, pero cumplía el cometido que todos esos jueves nos pusiéramos como meta salir campeones y lo logramos”, indicó.

Para concluir la tertulia, Ferrari quiso agradecer a la afición por no olvidar esa primera estrella y a sus protagonistas, “para nosotros es muy grato que siempre nos recuerden, eran otros tiempos, otro fútbol, pero no dejaba de ser emocionante”, sentenció.