Al inicio de esta semana la crisis del servicio eléctrico en Táchira s «peor», de lo «peor» e inimaginable que pueda cambiar en los próximos meses porque luego de 20 años queda ratificado, confirmado que no existe inteligencia ni capacidad intelectual en el gobierno nacional que diseñe o planifique un plan de atención técnico o de inversión que debe ser multimillonaria para eliminar de tajo los apagones.

Este domingo fueron registrados apagones generalizados en Táchira de 23 y 24 horas, hubo zonas donde solo hubo 35 minutos de electricidad con 8 altas y bajas de energía eléctrica, hay municipios donde lograron sumar apenas 3 hora de electricidad en 72 horas, esto constituye un crimen de lesa humanidad afirmaron los ciudadanos que cuentan apenas con minutos de servicio.

Estos apagones tiene cada día nefastas y negativas consecuencias para los ciudadanos que desean cumplir con algunas de las pocas actividades estudiantiles y laborales que le quedan a las personas decentes, honestas y deseosas de construir un gran estado de progreso, avance y desligado de las prácticas retrogradas que no permiten el crecimiento de una generación de avanzada y desarrollo de ideas, sumidas en el destrozo de los servicios desde hace 20 años.

Denunció el alcalde de San Cristóbal Gustavo delgado, «cacerolas y gritos de desesperación se escuchan en los días de cuarentena en la ciudad de San Cristóbal, donde los ciudadanos alzan su voz ante la falta de servicios básicos como el agua, el gas y la grave crisis eléctrica que se ha acentuado durante el confinamiento en prevención del COVID-19 los cortes eléctricos de hasta 24 horas han acabado con la calidad de vida en la región andina.

Manifestó Delgado que viven bajo “emergencia eléctrica” con cortes de 8, 12 y hasta 24 horas en el municipio, donde ha dejado de cumplirse el plan de racionamiento anunciado por Corpoelec y ninguna autoridad competente en la materia ha dicho nada.

Es pertinente aclarar que el personal de Corpoelec, es el peor pagado con sueldos de hambre, sin dotación de equipos ni repuestos, no tienen materiales y menos uniformes o herramientas que permitan atender las emergencias locales o de gran magnitud como las fallas en las estaciones, situación que ocasionó la migración masiva de mano de obra calificada.